“Ni el pasado ni el futuro pueden lastimarme, sólo el presente tiene valor en mi vida”.
Entendiendo este principio, la persona le dará todo el valor que tiene el momento presente y le restará importancia a los hechos pasados, que causan culpa, y a los hechos del futuro, que causan ansiedad.
Los hechos del pasado no pueden cambiarse. La opción para continuar con una vida más plena y feliz es reconocer las conductas inadecuadas, y pedir perdón cuando así sea pertinente. De esta manera, es posible liberarse de los remordimientos que entorpecen la paz espiritual.
Por otro lado, el actuar en el presente correcta y congruentemente, augura un futuro de tranquilidad, lo que contribuirá a restar ansiedad por el futuro.
Domínguez, C, (citando a Yin, K.) (2016). Diez claves para vivir mejor. En: http://espiritualidaddiaria.infobae.com/10-claves-para-vivir-mejor/